WASHINGTON - En portada, el periódico The Washington Post retrató ayer la crisis fiscal de Puerto Rico, reviviendo la preocupación que existe de que el estancamiento económico de la Isla pueda provocar la degradación del crédito público y bloquearle al Gobierno, por un período prolongado, acceso a préstamos con bajas tasas de interés.
“Una isla a la deriva, en miseria económica”, tituló el influyente diario su reportaje, que se suma a artículos que se han publicado en Estados Unidos y otros países desde finales de agosto pasado, el momento en que sectores de Wall Street comenzaron a presionar a Washington en busca de medidas que ayuden a levantar la economía y darle mayor seguridad a sus inversiones en bonos del gobierno de Puerto Rico.
En el reportaje de ayer, que incluye una foto en portada de una persona presumiblemente sin hogar, durmiendo frente a una tienda y con una iguana en su cintura, el periódico toma nota del aumento en la migración, que en los últimos 13 años lleva un ritmo solo comparable a la década de 1950, cuando cerca de 500,000 personas dejaron la Isla.
“Eligen la incertidumbre del mercado de trabajo en Orlando o Nueva York o Filadelfia sobre lo que ven como la certeza de que sus sueños serían aplastados por los fuertes problemas económicos de ese territorio estadounidense”, indica.
Desde finales del verano, medios internacionales han puesto el ojo en la crisis fiscal que vive la Isla, la cual ha sido comparada con la de localidades como Detroit (Michigan) o países como Grecia, cuyas deudas públicas se hicieron inmanejables.
Hace tres semanas, en un editorial, The Washington Post –lectura obligada pora los altos funcionarios federales–, advirtió que la crisis económica de Puerto Rico está fundamentada en su estatus político
Pero, consideró que la solución del dilema del estatus debe aguardar por el fin de la crisis fiscal.
El tema del status no se mencionó en el reportaje de ayer.
Pero, sí el temor de inversionistas estadounidenses que tienen en sus carteras bonos municipales de la Isla, que disfrutan de una triple exención tributaria: federal, estatal y municipal.
La deuda pública de Puerto Rico ronda los $70,000 millones. Y la crisis fiscal que vive la Isla, sobre todo a partir de 2006, ha hecho que prácticamente se le haya cerrado al gobierno el acceso a préstamos de bajas tasas de interés.
La alternativa del gobierno de Puerto Rico ha sido recurrir a establecer nuevos impuestos que totalizan $1,300 millones, con la intención de tratar de equilibrar el presupuesto y evitar que el crédito de la Isla, bajo intensa vigilancia de Wall Street, caiga a nivel de chatarra.
El diario destaca, sin embargo, la reforma del sistema de retiro para empleados públicos, al cual considera se le hizo una transformación “mucho más dramática” que la que se ha hecho en algunos estados.
“Puedo asegurar que Puerto Rico no va a incumplir con sus pagos. Puerto Rico va a pagar por nuestras deudas. Es una obligación constitucional. Pero, por mi es también una obligación moral”, indicó el gobernador Alejandro García Padilla, al repetir al Washington Post el mensaje que ha dado durante los últimos meses.
El comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi, quien ha reclamado una mayor intervención federal en la situación fiscal de la Isla, sostuvo que este es un problema que es también de Estados Unidos.
Lo que ha estado fuera de la mesa de discusión – en un reconocimiento de que otros gobiernos estatales o municipales pudieran ponerse en fila – es la posibilidad de un rescate financiero del gobierno federal.
Pero, la Casa Blanca hace unos días anunció que enviará a San Juan un grupo de expertos para buscar un mejor aprovechamiento de los $6,500 millones en fondos federales que recibe anualmente el gobierno de Puerto Rico y trabajar en “proyectos específicos”.