Lea la columna de opinión "Arzobispo, por favor, váyase"http://bit.ly/YJORWz
Arzobispo, por favor, váyase (Opinión)
10 de mayo de 2013 - Actualidad - Mario Ramos Méndez, Historiador
Columna de opinión
Señor Arzobispo, desde que usted llegó a esta bendita tierra azotada por el crimen, la corrupción en los sectores gubernamental, privado y eclesiástico; por el desempleo, la pobreza, la politización de las instituciones gubernamentales, civiles y, por qué no decirlo, de las iglesias como la suya también, la falta de valores, el alcoholismo, drogadicción, la alta tasa de divorcios, la intolerancia y, entre otras, la pederastia, de la cual usted debe conocer muy bien desde sus días en Boston con el cardenal Bernard Law, se ha dedicado única y exclusivamente a enfatizar lo que nos divide como Pueblo; la agenda ideológica y de falsa moral que usted vomita desde el púlpito, y no lo que nos une; el amor al prójimo. O sea, el “ama a tu prójimo como a ti mismo”, que, a mi juicio, es la mejor definición de lo que significa ser cristiano, siempre está ausente en sus palabras.
Durante todos estos años su voz sobre asuntos de suma trascendencia para la sociedad, como es el matrimonio tradicional y cristiano, base sagrada de nuestro Pueblo como sociedad y como cultura centenaria, ha sido débil, por no decir apenas audible. Sabiendo usted que detrás de esa movida de los grupos homosexuales y lésbicos hay una agenda ideológica, sus pronunciamientos sobre el matrimonio y la defensa del mismo son pro forma. No hay sinceridad, ni amor en sus palabras, ni intención alguna de fortalecer la –desde hace años– rota familia puertorriqueña.
Por otro lado, sus acciones son contradictorias y, peor aún, adolecen de falta de transparencia. Su reacción a no seguir administrando un Head Start porque los empleados del mismo querían organizarse sindicalmente estremeció a muchos. Teniendo el movimiento obrero, desde sus orígenes, una filosofía con base cristiana, según el teólogo Leonardo Boff, usted despachó el asunto y se lavó las manos como Pilatos. Su acción sirvió de minibiografía que develó lo que realmente usted es; un político con indumentaria de líder religioso que, a Dios gracias, sabemos no es su vocación.
Como si esto no fuera suficiente, usted erigió un supuesto ‘altar de la patria’, como si las patrias necesitaran altares. Mi esposa tiene tres patrias y eso no le afecta su conciencia cristiana ni su puertorriqueñidad. Sin embargo, es la pedofilia –que alegadamente dicen usted encubrió de manera criminal–, la que asusta más al Pueblo y genera total desconfianza hacia usted. Nunca hemos escuchado pronunciamientos suyos contra esta aberración moral y crimen contra el cuerpo y espíritu inocente de muchos niños. ¿Por qué? ¿Qué usted esconde?
Por el amor de Dios, Arzobispo, basta ya. Suplico no le haga más daño a nuestro Pueblo. Arzobispo, por favor, váyase.
Comentarios a: marioramosmendez@yahoo.com
Arzobispo, por favor, váyase (Opinión)
10 de mayo de 2013 - Actualidad - Mario Ramos Méndez, Historiador
Columna de opinión
Señor Arzobispo, desde que usted llegó a esta bendita tierra azotada por el crimen, la corrupción en los sectores gubernamental, privado y eclesiástico; por el desempleo, la pobreza, la politización de las instituciones gubernamentales, civiles y, por qué no decirlo, de las iglesias como la suya también, la falta de valores, el alcoholismo, drogadicción, la alta tasa de divorcios, la intolerancia y, entre otras, la pederastia, de la cual usted debe conocer muy bien desde sus días en Boston con el cardenal Bernard Law, se ha dedicado única y exclusivamente a enfatizar lo que nos divide como Pueblo; la agenda ideológica y de falsa moral que usted vomita desde el púlpito, y no lo que nos une; el amor al prójimo. O sea, el “ama a tu prójimo como a ti mismo”, que, a mi juicio, es la mejor definición de lo que significa ser cristiano, siempre está ausente en sus palabras.
Durante todos estos años su voz sobre asuntos de suma trascendencia para la sociedad, como es el matrimonio tradicional y cristiano, base sagrada de nuestro Pueblo como sociedad y como cultura centenaria, ha sido débil, por no decir apenas audible. Sabiendo usted que detrás de esa movida de los grupos homosexuales y lésbicos hay una agenda ideológica, sus pronunciamientos sobre el matrimonio y la defensa del mismo son pro forma. No hay sinceridad, ni amor en sus palabras, ni intención alguna de fortalecer la –desde hace años– rota familia puertorriqueña.
Por otro lado, sus acciones son contradictorias y, peor aún, adolecen de falta de transparencia. Su reacción a no seguir administrando un Head Start porque los empleados del mismo querían organizarse sindicalmente estremeció a muchos. Teniendo el movimiento obrero, desde sus orígenes, una filosofía con base cristiana, según el teólogo Leonardo Boff, usted despachó el asunto y se lavó las manos como Pilatos. Su acción sirvió de minibiografía que develó lo que realmente usted es; un político con indumentaria de líder religioso que, a Dios gracias, sabemos no es su vocación.
Como si esto no fuera suficiente, usted erigió un supuesto ‘altar de la patria’, como si las patrias necesitaran altares. Mi esposa tiene tres patrias y eso no le afecta su conciencia cristiana ni su puertorriqueñidad. Sin embargo, es la pedofilia –que alegadamente dicen usted encubrió de manera criminal–, la que asusta más al Pueblo y genera total desconfianza hacia usted. Nunca hemos escuchado pronunciamientos suyos contra esta aberración moral y crimen contra el cuerpo y espíritu inocente de muchos niños. ¿Por qué? ¿Qué usted esconde?
Por el amor de Dios, Arzobispo, basta ya. Suplico no le haga más daño a nuestro Pueblo. Arzobispo, por favor, váyase.
Comentarios a: marioramosmendez@yahoo.com
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